Cómo los proyectos de energía renovable están revitalizando las comunidades rurales

2025-07-10
Los proyectos eólicos y solares están transformando las comunidades rurales, generando empleos, ingresos y resiliencia. Descubra cómo una planificación inteligente garantiza el éxito y la sostenibilidad a largo plazo.

En todo Estados Unidos, la energía eólica y solar se han convertido en potentes motores para el suministro de electricidad asequible y sostenible, especialmente en las zonas rurales. Estas fuentes de energía limpia no solo diversifican nuestro suministro eléctrico, haciendo que los sistemas energéticos sean más resilientes y seguros, sino que también ayudan a mitigar las interrupciones del servicio causadas por fenómenos meteorológicos extremos. Dado que estos proyectos suelen ubicarse en zonas menos pobladas, las comunidades rurales están obteniendo importantes beneficios: los propietarios de tierras reciben pagos de arrendamiento, los gobiernos locales obtienen nuevos ingresos fiscales para invertir en infraestructura y servicios públicos, y se crean oportunidades de empleo tanto temporales como permanentes.


Para aprovechar al máximo las ventajas de la energía solar y eólica, los gobiernos locales, especialmente a nivel de condado, deben implementar marcos de zonificación y permisos bien pensados. Estas políticas pueden guiar un desarrollo responsable, a la vez que garantizan que los nuevos proyectos se ajusten a las necesidades y prioridades locales. Un aspecto clave de esta estrategia incluye el establecimiento de procedimientos claros para el desmantelamiento de proyectos. Unas ordenanzas bien elaboradas no solo establecen expectativas, sino que también garantizan la rendición de cuentas a largo plazo para la restauración de los sitios cuando se retiran las instalaciones.


Planificación a largo plazo: ¿Qué sucede una vez finalizada la vida útil de los proyectos?


Si bien los proyectos renovables aportan beneficios a corto plazo, los líderes comunitarios también deben planificar para el final de su vida útil. Las turbinas eólicas suelen durar entre 25 y 40 años, mientras que las instalaciones solares operan entre 25 y 35 años. Sin embargo, muchos funcionarios locales tienen poca experiencia con infraestructura renovable y podrían no estar seguros de cómo abordar el retiro de proyectos. Al comprender las opciones de desmantelamiento y planificar con antelación, las comunidades pueden crear políticas que protejan el interés público.


Cuando un proyecto llega al final de su vida útil, los propietarios deben decidir si prolongar su operación o cerrarlo. Continuar operando una instalación, si es técnica y económicamente viable, puede reducir costos al aprovechar la infraestructura y las conexiones a la red existentes. Sin embargo, los equipos obsoletos a menudo requieren una "repotenciación", lo que implica reemplazar o actualizar componentes principales. Este proceso puede ser complejo y requiere experiencia especializada y, a veces, piezas poco comunes.


Si no es posible continuar operando, se hace necesario el desmantelamiento completo. Esto implica desmantelar toda la instalación y devolver el terreno a su estado anterior. El desmantelamiento puede incluir la reutilización, el reciclaje o la eliminación de materiales. El reciclaje y la reutilización suelen preferirse por razones ambientales y económicas, pero en algunos casos, los materiales deben enviarse a vertederos, lo que genera preocupaciones ambientales y logísticas para los sistemas locales de gestión de residuos.


Mejores prácticas: Lecciones del Medio Oeste


Para garantizar que las responsabilidades de desmantelamiento no recaigan en los gobiernos locales ni en los propietarios, es necesario definir obligaciones legales y financieras claras. Un análisis exhaustivo de las ordenanzas de zonificación en Iowa, Nebraska, Dakota del Sur y Minnesota revela varias prácticas recomendadas:


  • Exigir que todos los desarrolladores de energía eólica y solar presenten un plan de desmantelamiento con métodos detallados para desmantelar el proyecto, retirar materiales y restaurar el sitio.
  • Establecer plazos claros para cada etapa del proceso de desmantelamiento.
  • Exigir una notificación formal al condado cuando un desarrollador planea cesar sus operaciones.
  • Contratar a expertos independientes, como ingenieros externos, para evaluar los costos de desmantelamiento y garantizar que existan garantías financieras precisas.
  • Especifique que todos los gastos de desmantelamiento son responsabilidad del propietario del proyecto, no del condado ni de los propietarios privados.
  • Consulte las regulaciones estatales existentes que puedan influir en los requisitos locales y complételas con políticas del condado personalizadas.
  • Alentar a los desarrolladores a reciclar o reutilizar equipos viejos y abordar los impactos de los vertederos a través del lenguaje de la ordenanza.


Un sector en crecimiento, una oportunidad en crecimiento


El sector de las energías renovables en EE. UU. se está expandiendo rápidamente. Según la Administración de Información Energética de EE. UU., la generación eólica y solar creció aproximadamente un 16 % en 2023, lo que marca un importante aumento en la nueva capacidad energética. La energía solar por sí sola creció más del 23 % interanual, impulsada por la caída de los costos tecnológicos y la creciente demanda de energía limpia.


Los proyectos renovables a gran escala suelen arrendar terrenos, lo que ofrece a sus propietarios un flujo de ingresos estable y predecible. En 2021, la Asociación Americana de Energía Limpia informó que los proyectos eólicos generaron 2000 millones de dólares en pagos de arrendamiento e impuestos, mientras que los proyectos solares aportaron 739 millones de dólares. Estos pagos se han convertido en un recurso financiero crucial para las familias de agricultores y ganaderos.


Los gobiernos locales también se benefician. En Minnesota, por ejemplo, los productores de energía eólica y solar aportan ingresos fiscales basados ​​en la producción a los condados que los albergan. El Departamento de Ingresos del estado informó que, en 2022, 28 condados recibieron más de 16,8 millones de dólares en impuestos a la producción eólica; tan solo el condado de Lincoln recaudó 3,8 millones de dólares gracias a sus 640 turbinas.


Preparándose para el futuro


Los proyectos eólicos y solares ofrecen importantes ventajas económicas y ambientales a las comunidades rurales, pero una planificación cuidadosa a largo plazo es esencial. Las autoridades locales deben tomar medidas proactivas para gestionar las obligaciones de desmantelamiento, garantizando que los beneficios de la energía limpia no impliquen cargas futuras imprevistas. Con una regulación rigurosa y políticas impulsadas por la comunidad, la energía renovable puede seguir siendo una fuente de prosperidad y resiliencia para las generaciones futuras.

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